María Q.S. educadora social, familiar y juvenil del Gabinete de psicología Tear, nos habla de la fobia escolar, un problema al que cada mañana se enfrentan muchos niños al ir al colegio. Saber identificar sus síntomas es vital para poder ayudar al menor que lo sufra a salir del trance en el menor tiempo posible; saber que tiene solución es el primer paso para poner fin a esta fobia que convierte en un reto el acudir a clases cada día.
La Fobia Escolar es un tipo de miedo exógeno, un miedo aprendido y adquirido por malas experiencias, imitación o porque asociamos un estímulo determinado (por ejemplo, exámenes), a emociones y sensaciones desagradables (ansiedad). Eso nos lleva a evitar reiteradamente ese
estímulo.
El miedo es una medida de protección salvo cuando nos limita nuestro comportamiento, así sucede con la Fobia Escolar, caracterizada por un miedo irracional a ciertas situaciones escolares que dificultan el ir o permanecer en la escuela; exámenes, presentaciones en público, presión grupal…
Las causas pueden ser diversas; rechazo de compañeros/as o profesores/as, dificultades en el rendimiento escolar, conflictos, enfermedad…por ejemplo; este año por la situación de aislamiento del covid19 a algunos/as alumnos/as les ha costado retornar al horario de clases, prefiriendo clases virtuales desde casa que no le supongan afrontar los escenarios sociales dentro del contexto escolar.
Todas estas situaciones provocan una respuesta de ansiedad intensa, con alteraciones a nivel motor, fisiológico y cognitivo.
En el aspecto cognitivo se describen pensamientos negativos relacionados con ir a clases. Anticipación de consecuencias negativas como; suspensos, enfados, …cosas que no tiene por qué ocurrir posteriormente.
El/a niño/a tiene una visión negativa de su rendimiento en clase, le agobia asistir, tiene miedo a marearse o sufrir síntomas físicos delante de sus compañeros/as.
En el aspecto físico; sudores, tensión muscular, dolor estomacal, diarrea o sensación de mareo, entre otros.
En el aspecto motor; la principal característica es la evitación; no ir al colegio o instituto. Puede realizar quejas sobre dolores, no vestirse, no desayunar… Es decir, le cuesta cumplir con la rutina y el hábito que lleva completar el camino a la escuela.
Para reducir esta fobia existen múltiples técnicas, las más efectivas se basan en la psicología cognitivo-conductual. A destacar:
- Desensibilización sistemática: se basa en acercar al/a niño/a al estímulo que le da miedo, en este caso, la escuela, de forma progresiva. El objetivo es reducir la ansiedad dentro de la situación. Para esto, es importante dotarle de herramientas para que poco a poco se vaya acercando sin tener miedo y tenga sensación de control.
- Entrenamiento en habilidades sociales: para mejorar la relación con sus compañeros/as.
- Reestructuración cognitiva: cambiar las creencias irracionales (distorsiones cognitivas). Transformar el valor negativo asociado a ir a clases, por algo más positivo y realista.
- Técnicas de relajación: aprender a controlar los síntomas fisiológicos de la ansiedad.
Debemos tener en cuenta a la persona en sí, para adaptar sus recursos y facultades a la técnica que mejor se adapte, basándonos principalmente en otras situaciones en las que su forma de enfrentar los miedos le ha hecho superar dificultades.
Cuando se es consciente de los recursos que se tienen para afrontar determinadas situaciones, son estrategias de superación que pueden servirle más adelante. Además, debemos recordar que todos/as tenemos la capacidad de mejorar y avanzar progresivamente.
María Q.S.
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