El futbolista argentino de 60 años, ha fallecido de una parada cardiorrespiratoria una semana después de que fuera operado de un edema cerebral. El que fuera y seguía siendo, en su país natal, ídolo de masas ha tenido una vida llena de excesos que al final le han acabado pasando factura.
Tras su operación se fue a su casa en el norte de Buenos Aires, donde no ha podido superar este último bache de salud. Considerado uno de los mejores futbolistas de la historia, en Argentina llegó a ser religión para sus paisanos. El pasado 30 de octubre, celebraba su último cumpleaños, que hacía el número 60, por entonces dedicó las que serían sus últimas palabras en público: «Quiero que todos los argentinos estén bien. Tenemos un país hermoso y me da mucha pena cuando veo chicos que no tienen para comer, yo sé lo que es pasar hambre, sé lo que se siente en la panza cuando no comés por varios días y eso no puede pasar en mi país»
Su vida personal también estuvo acompañada por la polémica, al igual que su vida profesional. Su mal humor, las malas compañías y los malos hábitos lo acompañaron durante la mayor parte de su vida, desdibujando la estela que como estrella del fútbol dejó.