Tras varios días con continuos movimientos sísmicos, el peor de los presagios se cumplía en la tarde de ayer en la isla canaria de La Palma. El volcán Cumbre Vieja comenzaba a rugir en tonro a las 15:00 horas con una gran explosión a la que sucedía la expulsión de piroclastos. La columna de humo que al instante comenzaba a salir, era el comienzo de la puesta en marcha del protocolo de actuación ensayado días atrás.
Hasta siete bocas eruptivas han podido ser identificadas por los expertos del Instituto Volcanológico de Canarias, que afirman que la erupción puede seguir durante semanas.
La evacuación de los habitantes de los municipios de El Paso; Tazacorte y Los Llanos de Aridane comenzaba a realizarse, situándose en una cifra entre 5.000 y 10.000, el número de las personas que ya han abandonado o abandonarán sus casas en las próximas horas. El presidente de la nación Pedro Sánchez viajaba hasta la isla para seguir las labores de seguimiento, mientras un equipo de la Unidad Militar de Emergencias llegaba de madrugada para unirse a las labores derivadas de la explosión volcánica.
La lengua de lava que fluye ladera abajo ha tomado el protagonismo en un terreno escarpado y de bosques. Pasadas las 17:00 horas el nivel de emergencia pasaba a rojo en la isla, una isla que 50 años después de la erupción del Teneguía ha vuelto a ver de cerca el espectáculo, mezcla de miedo y asombro, que produce un volcán en plena erupción.