Llevar a cabo una reforma en casa suele ser algo que nos genera estrés, nerviosismo y por qué no decirlo, cierta ansiedad. Al lío de tener la casa patas arriba, se une los gastos que generan, los imprevistos de última hora y las cosas que inevitablemente salen mal por mucho empeño que pongas en ello.
Pon atención a esta lista de pequeñas recomendaciones para evitar que la reforma de tu casa acabe siendo una peli de terror
1- Elige materiales con una calidad media-alta
No esperes grandes resultados de productos mediocres, al igual que la paella será un fiasco si te compras un preparado ultracongelado en vez de materia prima fresca, la instalación eléctrica de tu casa soltará chispas si le compras los cables al paisano que los vende en su garaje. No será difícil dar con tiendas de referencia que te ayuden y asesoren a encontrar el mejor producto, si de cables y productos de electricidad hablamos esta web especializada tendrá todo lo que necesitas, ofreciéndote por lo tanto, todas las garantías. Si hablamos de muebles, o de materiales de cocina o baño, una elección de calidad prolongará la vida útil de tu hogar y tu tranquilidad.
2- Si tenemos un buen material, vamos a dejárselo al mejor profesional
Lo barato, ya decía mi tío Antonio, sale caro. Encontrar un profesional con las tres B que dicen, es hoy algo complicado por no decir imposible. El trabajo bien hecho requiere de tiempo y de formación; todo esto nos guste o no requiere ser pagado. Lo imprescindible para estar seguro de tu elección es pedir diferentes opiniones y presupuestos y dejar hablar. Antes de decir… quiero esto y esto y esto, deja que el profesional hable y demuestre por qué tienes que pagarle lo que él o ella te pida.
3- Planifica con tiempo las obras
Una buena planificación te ayudará a hacer frente a pequeños o grandes imprevistos. Un material que no llega y te deja sin baño una semana más, un profesional que falla y no viene para la fecha que tenías previsto o el presupuesto que se queda corto y hay que ampliarlo. Establecer un colchón de dinero para los imprevistos que puedan surgir, o tener un plan B para un diseño que finalmente no se puede hacer, no tiene porque ser algo negativo, recuerda que de los grandes cambios han salido las mejores historias.
4- Si tienes una segunda vivienda huye
Cuando decimos segunda vivienda no nos referimos solo al pisito en la playa o el chalet en la montaña que muy pocos afortunados pueden disfrutar, sino la casa de tus padres, el apartamento de un amigo o el garaje de tu colega de toda la vida. Como dicen por ahí, ojos que no ven…. reforma que no sufres; no es para nada gratificante ver como tu casa se llena de polvo mientras echan abajo el tabique de tu vieja cocina o hacen el cambio de la bañera por un plato de ducha. Con esto no queremos decir que te desentiendas, pero todo será más fácil si lo llevas con cierta distancia.
Ya lo sabes, con estos sencillos trucos cualquier reforma valdrá seguro la pena. El esfuerzo que tengas que hacer mientras se esté llevando a cabo, estamos seguros que se verá recompensada con creces.