A la hora de desarrollar un trabajo, sea en el ámbito que sea, existe una premisa común que todos necesitamos o queremos cumplir: estar cómodos. En algunos trabajos además, debe ponerse especial empeño en que las prendas y complementos del trabajador garanticen su seguridad e higiene, así como la de los destinatarios de su trabajo. En el caso de las empresas, ellas son las que deben proporcionar a sus empleados la ropa y los equipos de protección necesarios para realizar su trabajo de forma segura.
¿Qué factores han de tenerse en cuenta a la hora de escoger la ropa de trabajo?
Debemos partir que hay algo básico que debemos tener en cuenta: la legislación laboral actual obliga a los empresas a promover la seguridad en el lugar de trabajo; por este motivo serán las autoridades las que determinen en cada caso, cuál ha de ser la ropa que debe llevar el trabajador en función de la tarea a desempeñar y las condiciones en las que se realiza las mismas.
El primer factor a tener en cuenta es examinar el entorno en el que se va a llevar a cabo la labor: No es el mismo vestuario el que debe llevar una persona que trabaja a la intemperie, que otra que trabaja sometido al calor o al fuego. Especial atención debe tenerse, en aquellos trabajos en los que se manipulan productos químicos o alimentos. El uso de algo tan sencillo como unos manguitos monouso de polipropileno plastificado, evitará contaminaciones cruzadas que pueden resultar fatales en una cadena de fabricación alimenticia o en un establecimiento de hostelería. De ahí que sea de vital importancia la elección de las prendas de vestir y de los complementos de seguridad necesarios.
Al igual que debemos escoger un tipo de ropa y accesorios que respondan a los riesgos que asumimos en nuestro trabajo, debemos tener en cuenta que la talla escogida sea la adecuada. Una talla más grande de lo que nos correspondería, podría conllevar en algunos casos un grave accidente de trabajo. Pensemos por ejemplo en un empleado de una fábrica que por llevar una ropa demasiado amplia se engancha a una máquina, o le produce incluso una caída.
El uniforme de tus empleados proyectará una imagen sobre tu empresa. Una ropa que no muestre una imagen de limpieza e higiene en un supermercado por ejemplo, o en un local de hostelería será un pequeño indicio de lo que puede suceder en las zonas de trabajo que no se ven. El uso de elementos desechables por ejemplo, ofrece una seguridad al cliente difícil de superar.
A la hora de escoger unas prendas, además de tener en cuenta su comodidad, debemos valorar la ligereza que ofrece al trabajador, lo que redundará en una labor más eficiente.
Prendas transpirables: es fundamental que la ropa permita al trabajador estar aislado del calor y del frío. Tan perjudicial para él puede ser una ropa que le haga sudar constantemente como otra que no lo proteja del frío.
La ropa ha de ser visible. Esto evitará una gran parte de accidentes y además permitirá a los clientes, en caso de trabajar en contacto directo con ellos que nos localicen de forma rápida y nos identifiquen al primer golpe de vista con la empresa.
Y por último pero no menos importante es la obligatoriedad de que el uniforme del trabajador cumpla con todos los estándares de calidad recogidos en la legislación y reglamentación aplicable. Determinados empleos están sujetos a requisitos muy estrictos de calidad que deben cumplirse de forma estricta.
Son por lo tanto diversos factores los que han de valorarse por lo que lo más aconsejable es dejarse asesorar por una empresa especializada en prendas laborales y productos de un solo uso.
