«Podéis ir en paz»… y allá que se fueron, hasta que les han dicho que el señor párroco tiene coronavirus. Y es que además de irse con la bendición del señor cura, más de uno podría haberse ido contagiado por covid tras asistir a la celebración de una comunión en la parroquia de Baltar este domingo.
Por todos es conocido que las celebraciones familiares con los tiempos que corren, las carga el diablo, por mucho que se celebren en la casa de Dios. Si encima el señor párroco tiene a bien quitarse la mascarilla mientras oficia la misa, la cosa pinta peor que mal. Si además la niña protagonista del evento, se la tiene que quitar para mostrar su destreza leyendo la palabra de Dios, esto ya huele a tragedia familiar.
Que nadie se enfade, pero cuando uno se entera de estas cosas a esta altura de la película, no nos queda más remedio que echarle humor y que Dios reparta suerte!