Los viandantes que ayer pasaban por Celso Emilio Ferreiro fueron los que llamaron a los bomberos después de escuchar un grito de socorro. Se trataba de una mujer, vecina de la calle que se había quedado encerrada en su balcón, dejando en su cocina el fuego encendido.
Los bomberos tuvieron que llegar hasta ella con la escalera de la grúa, poniendo fin a los minutos de angustia de la mujer. Finalmente no hubo que lamentar ningún tipo de daño.