«Contagiado por la velocidad de los pilotos», así es como describió la Guardia Civil la actitud de un conductor que el pasado sábado fue interceptado en la AG-31 circulando a 236 kilómetros hora, cuando regresaba de ver el Rally de Ourense.
En un comunicado de prensa difundido esta mañana, la Guardia Civil destacaba en general el buen comportamiento de los espectadores a la hora de coger sus vehículos, destacando como nota negativa la protagonizada por este irresponsable en cuestión.
Tras dar el alto al vehículo, los agentes instruyeron diligencias contra el conductor en calidad de investigado como posible autor de un delito contra la seguridad vial. Los hechos podrían acarrearle una pena de prisión de tres a seis meses, una multa de seis a 12 meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días. En todo caso estará privado, de su derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por un periodo de entre uno y cuatro años.