Tremenda discusión la que ayer por la mañana presenciaron las personas que estaban a la altura del número 44 de la Avenida de Portugal entre dos conductores. Uno de ellos que quería aparcar en la plaza destinada a personas con movilidad reducida se encontró con que estaba ocupada por un coche que carecía de la preceptiva tarjeta para poder hacer uso de ella.
Indignado por la situación, así se lo hizo saber al conductor presuntamente mal estacionado; éste lejos de aceptar su equivocación alzó la voz diciendo que tenía la tarjeta en casa. Una situación demasiado habitual por desgracia, la que tienen que vivir las personas con movilidad reducida que además de hacer frente a la escasez de plazas que hay en la ciudad, encima las ven ocupadas por gente que carece de cualquier tipo de respeto y empatía.