El pasado jueves en torno a las 20:00 horas, la Guardia Civil de Tráfico interceptaba en la autovía A-52, a la altura de Rivadavia, a un conductor francés que circulaba a 190 km/h en sentido Benavente.
El joven viajaba con tres amigos desde su país natal; al pedirle identificación manifestó que no portaba documento alguno. La gendarmería francesa prestó ayuda a las autoridades españolas, que tuvieron que inmovilizar el vehículo ya que el conductor tenía una prohibición judicial para conducir en su país.
A la pena de tres a seis meses de presión que se le puede imponer por superar el límite de velocidad, se une una pena de prisión de tres a seis meses o multa de seis a doce meses más trabajos en beneficio de la comunidad por conducir bajo la influencia de sustancias psicotrópicas y tóxicas.
El hombre fue detenido y trasladado a dependencias judiciales.