Un total de 611 faltas, ese fue el registro que una menor acumuló en tres cursos escolares de forma sucesiva; de ellas 260 no fueron justificadas. Su progenitor, que tenía la patria potestad y la custodia de forma exclusiva habría permitido que su hija faltase a clases; por este motivo se enfrentaba a una pena de 6 meses de prisión por un delito de abandono de menores.
Finalmente ha aceptado una pena de 3 meses y 15 días, una condena que tras el informe favorable de la Fiscalía con toda probabilidad le será suspendida.