Que nadie se asuste, la vaca Popi desaparecerá de Paz Nóvoa durante una temporada para ser sometida a un lavado de cara por su autor, Leandro Sánchez.
Es lo que tiene dejar que los niños se suban, le den balonazos, le tiren del rabo y se cuelguen de los cuernos: que la vaca acaba hecha una calamidad. Es el precio que tiene tomarse un café tranquilo, dejar que tus hijos campen a sus anchas por la Plaza en cuestión, haciendo un uso más que discutible de la escultura, muy graciosa y llamativa, pero escultura al fin.
Desde el Concello atribuyen el deterioro que sufre al «mangoneo» de los que por allí pasan y a las inclemencias del tiempo de nuestra ciudad. El autor se encargará de darle un aspecto más nuevo, cambiando los colores de la misma. Junto a la vaca también se procederá a la retirada de la bancada en donde está situada. Ésta será recubierta por fibra de vidrio para que tenga una mayor durabilidad.