Ser el único restaurante de la provincia que cuenta con una estrella Michelin, es algo que nunca ha asustado a sus propietarios. Julio Sotomayor y Daniel Guzmán abrían hace siete años su restaurante, manteniendo a día de hoy toda la ilusión y frescura que reflejan en sus platos.
Este verano ha cerrado sus puertas pero es tan solo un hasta luego. Una nueva imagen se estrenará en septiembre, un aire nuevo que para nada afectará a su filosofía: el producto más cercano seguirá estando al servicio de sus platos.
Durante estos siete años han dado pequeños cambios al negocio, pero no ha sido hasta ahora cuando han afrontado una reforma integral.
Los comensales serán los mismos y el equipo de trabajo también. Un total de 10 trabajadores para un total de 28 clientes como máximo por servicio.
Roberto Verino será el encargado de vestir al personal en contacto directo con el cliente y la artesanía gallega hará lo propio con las mesas. Todo ello combinado con un nuevo color y una iluminación que resalte este nuevo rumbo estético.
A partir de septiembre, podremos verlo en directo a la vez que seguimos degustando sus maravillosos platos.