Hace diez años, Lucas decidió poner a prueba el mito que dice que las hamburguesas de McDonald’s no se deterioran con el paso del tiempo. El 26 de febrero de 2014, se dirigió al restaurante en O Fonsillón y compró una hamburguesa de 1 euro, sin aderezos, solo pan y carne, junto con una ración de patatas. De regreso a casa en A Valenzá, colocó la comida en un plato en una estantería junto a sus juegos de PlayStation.
Los días pasaron, pero ni la hamburguesa, ni el pan, ni las patatas mostraron signos de deterioro. Después de varios meses, ninguno de los alimentos se pudrió ni desarrolló moho. La única transformación fue que se volvieron tan duros como piedras, pero visualmente seguían como el primer día.
Este 26 de febrero de 2024, la hamburguesa cumplió diez años, y como muestran las imágenes adjuntas, se conserva en perfecto estado. Aunque ya no es comestible debido a su extrema dureza, mantiene una apariencia muy parecida a la de su primer día.
El experimento confirmó el mito: las hamburguesas de esta cadena no se descomponen. Es probable que ocurra lo mismo con las de su competencia. ¿Magia? Probablemente haya una explicación simple y de lo más natural detrás de este fenómeno.
Lo que si podemos confirmar es que en Ourense tenemos una hamburguesa que acaba de cumplir 10 años y se conserva como el día que se compró.