Escondida entre el mobiliario hostelero del parque de San Lázaro, la icónica estatua ourensana de O Carrabouxo, pasa las horas sin que nadie aprecie su originalidad y belleza. Creada en su día por César Lombera, son muchos, los ourensanos que piensan que debiera ser cambiado su emplazamiento para poder verse mejor. En medio de sombrillas, estufas, sillas y mesas, las personas que visitan nuestra ciudad por primera vez no podrán ni siquiera verla.
Tampoco estaría mal que la instalación de los cuadros eléctricos que también adorna la estampa, fueran ocultados de alguna forma que afearan menos el entorno. Algo que ya se ha hecho en otros puntos de la ciudad, pintándolos. Curioso sin embargo el caso de la iglesia de San Francisco, situada a menos de 100 metros de esta instalación eléctrica. Dicha iglesia sí que ha sido ocultada entre varios edificios, dejando ver sólo su fachada.