«La gente se desmandó», esas fueron las palabras empleadas por el concejal de Seguridad Ciudadana Telmo Ucha, para describir la situación que se vivió este fin de semana en la ciudad de Ourense.
La centralita de la Policía Local de Ourense se vio colapsada durante la noche del sábado ante el aluvión de llamadas que se quejaban del ruido provocado por fiestas ilegales en pisos, reuniones en terrazas o botellones en distintos puntos de la ciudad. Para culminar la noche, más de 600 personas se dieron cita en un macrobotellón en la Plaza de las Mercedes, bebida, música, gente por doquier, vecinos insomnes y pocas mascarillas fueron testigo de lo que allí sucedía.
Ante esta situación la Policía Local pidió ayuda a la Nacional, que también dijo carecer de efectivos con lo cual nada se pudo hacer para controlar la situación.
Entre las llamadas a las que tuvieron que hacer frente, un total de 8 llamadas alertaban de fiestas en pisos de la calle Padre Feijóo, Rampa de Sás, Rúa Teillleira, Camino Caneiro o Calle de la Paz. En la Calle Progreso la policía tuvo que acudir a una vivienda en la que la fiesta se acompañó de una churrascada, ya la las afueras de la ciudad, concretamente en Seixalvo, los organizadores de una fiesta decidieron ambientar la noche con gaitas y tambores.
Terrazas con más mesas de las permitidas, clientes sin guardar la distancia de seguridad y sin mascarillas y mesas ocupando zonas de aparcamiento en plena calle; un sin sentido al que las fuerzas y cuerpos de seguridad no pudieron hacer frente.
El concejal de Seguridad Ciudadana declaró que exigirá a la Policía Nacional que se implique a la hora de controlar esta situación, mientras tanto tratará de cubrir los puestos necesarios de la Policía Local con agentes en comisión de servicios.
