Ayer se celebraba en el Parlamento gallego la Comisión no permanente sobre la reactivación económica, social y cultural de Galicia por la crisis del Covid. En ella habló sobre las residencias de mayores y su papel como instituciones que buscan dar respuesta a las necesidades de los mayores, una función que defendió en su comparecencia José Luis Gavela, presidente de la Fundación San Rosendo.
Unas necesidades que deben ser cubiertas, en palabras del responsable, haciendo de las residencias auténticos hogares para los mayores, con la implantación de unidades de convivencia reducidas que permitan que haya equipos y tareas bien definidas en cada una de estas unidades.
El Presidente de la Fundación, hizo especial hincapié además, en su negativa a que las residencias se conviertan en unidades medicalizadas; a pesar de que en las residencias hay un médico, dijo, cada usuario tiene un médico asignado con su tarjeta de la seguridad social, un derecho que no deben perder.
Desde que comenzó la pandemia un total de 102 personas, lo que supone el 1,2% de los usuarios de la Fundación, han perdido la vida. En la actualidad gestionan 70 centros, que cuentan entre todos con 3.667 plazas. Todos ellos, destacó, fueron dotados de material de protección tanto para los trabajadores como para los usuarios; se contrataron además 70 profesionales de refuerzo y se elaboraron 80 planes de contingencia.