A pesar de que los supermercados ourensanos establecieron la semana pasada una número limitado de botellas de girasol que cada cliente podía comprar, a día de hoy es complicado hacerse con una botella.
La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha tenido consecuencia directa en el precio de los cereales y del girasol; no en vano Ucrania es el principal exportador mundial de aceite de girasol. El miedo al desabastecimiento y a la subida de los precios, ha provocado que numerosas cadenas de supermercado hayan limitado el número de botellas que cada cliente puede comprar.
El efecto provocado es que los clientes hayan acudido en masa a adquirir este producto, impidiendo que los supermercados puedan reponer la mercancía con normalidad.