Carlos comienza a ver la luz al final del túnel, la mala tarde que pasó ayer con un continuo dolor en el pecho, ha dado lugar a una jornada de lunes en la que los síntomas han comenzado a ceder.
La llamada a su médico de cabecera esta mañana ha servido para aportar un poco, de la tranquilidad perdida durante la jornada dominical; el doctor ha restado importancia a las molestias tras haberse asegurado de que nuestro protagonista en ningún momento sentía falta de oxígeno a la hora de respirar. El miedo a confundir un síntoma del coronavirus, con otro posible accidente cardiovascular ha conseguido dejarlo sin descansar durante la pasada noche.
Durante el día de hoy, esas molestias no han hecho acto de presencia como tampoco lo ha hecho el dolor de espalda que cada tarde amargaba su siesta. A la hora de la merienda una mandarina ha devuelto la alegría a Carlos, al comenzar a sentir que aunque aún sin estar todavía en plena temporada a él le saben a gloria. Quién le iba a decir hace siete días que hoy se pondría contento con una simple mandarina. Lo de olerla ya si tal, para dentro de unos días; de momento hoy se ha conformado con poder saborearla de nuevo, aunque fuera con poca intensidad.
Del hospital las noticias también siguen siendo positivas, su compañero sigue sin fiebre y ya ha recuperado los sentidos del gusto y del olfato.
Esperemos que pronto podamos compartir la noticia de que ambos han recibido el alta médica.