«Esto es la ruina«, así de tajante se muestra Carmen «Compramos la mercancía en febrero y ahora la tenemos que tirar a 1€«. Su puesto en la feria es el sustento para una familia que cuenta con tres hijos, un yerno, una nieta y otro en camino. Naturales de Verín, recorren las ferias de la provincia tratando de sacar lo que pueden para vivir. Su puesto es el único que recuerda con carteles, el uso obligatorio de mascarilla, al tiempo que ofrecen gel hidroalcohólico a los clientes que deseen tocar la mercancía. «No hay gente y la poca que hay pasa sin pararse a ver el género, como si escapasen unos de otros» .
La ayuda de la Cruz Roja ha sido vital en estos duros meses en los que los ingresos han sido nulos, con los pocos ahorros que tenían han podido tirar adelante, pero el camino que se vislumbra tiene más sombras que claros.
«Compramos la mercancía en febrero y ahora la tenemos que tirar a 1€«
Con la nueva situación, han tenido que cambiar su puesto de sitio, donde antes había puestos a ambos lados de la calle ahora solo se colocan a un solo lado. Los menos afortunados, se han tenido que conformar con nuevas ubicaciones; la cancha de baloncesto del Parque Barbaña es ahora un improvisado mercadillo, al igual que los aledaños de las Burgas.
El nuevo emplazamiento ha levantado el descontento entre aquellos que se ven desfavorecidos con la medida. A las 10 de la mañana responsables del ayuntamiento, todavía discutían con los comerciantes la nueva situación. La obligatoriedad de guardar la distancia hace que no quepan todos, los que no están protestan y los que si están también protestan porque han visto reducido su espacio.
Mientras esto sucede, los trabajadores de una empresa privada controlan los accesos al recinto. Las furgonetas tienen prohibido el paso más allá de las 8:45 de la mañana. Las vallas recuerdan que es obligatorio el uso de mascarilla y guardar la distancia de seguridad.
A las 10:30 de la mañana eran pocos los ourensanos que paseaban entre los puestos, muchos menos, los que se acercaban a ellos.