«No creemos en recetas perfectas. Solo en la tuya. Y en El Taller de ayudamos a encontrarla» Esta es la carta de presentación del equipo que forma El Taller.
Adriana, María y Moisés transmiten el amor por su trabajo en cada una de sus palabras y esto es algo que al final acaba atrapando a quien los conoce. Muy activos en las redes sociales, organizan cursos, comparten recetas o trucos para ayudar a todo el que quiera conocer lo que para ellos es, una forma de entender la vida. Juntos se empeñan en encontrar la receta que cada persona necesita para alcanzar la meta: gozar de una buena salud física y emocional.
Conocemos más de cerca a Adriana, nutricionista y defensora convencida de la alimentación saludable.
Te confieso que no te conocía, pero un día en un grupo de Facebook alguien preguntaba por una nutricionista. La respuesta fue casi unánime por todos los que contestaron: Adriana Fernández Vidal, sin dudarlo decían.
Qué ilusión, la verdad. Es bonito que la gente reconozca tu labor y crea en nuestro mensaje.
Cuéntanos, ¿cómo surge El Taller y quien hace que funcione?
Nosotros el Taller como tal lo montamos entre mi madre, María, Moisés mi pareja y yo. Los tres dirigíamos nuestro camino profesional hacia el bienestar, los hábitos saludables, yo a través de la alimentación con la consulta de nutrición, Moisés a través del ejercicio y la cocina saludable y mi madre, María, como coach personal. Empezó como un proyecto en un local físico en el que ofrecer distintos servicios pero que la pandemia nos obligó a cerrar. Hoy en día a través de nuestra web todo el que quiera conocernos lo puede hacer.
Ahora mismo está activo el servicio de nutrición, para septiembre queremos retomar todos los talleres y tenemos previsto incorporar nuevos profesionales que colaboren con nosotros y complementen nuestros servicios.
Yo tenía mi propia consulta como nutricionista integrada en El Taller que a día de hoy sigue en funcionamiento.
Cuéntanos ¿Cuál es el perfil de la gente que llama a la puerta de Adriana?
Bueno, la verdad es que cada vez es más diverso, lo más habitual es cierto que siempre fue una mujer de entre los 35 y 55 años que buscaba encontrarse mejor, sentirse bien, con ese objetivo de pérdida de peso siempre en mente. ¿Qué sucede? que cada vez hay más perfil de edad variado, gente joven que quiere comer bien y sentirse mejor; gente que aunque quiere adelgazar quiere sentar la bases de una alimentación saludable, no les vale adelgazar a costa de lo que sea.
También estoy notando que hay un incremento de personas con problemas digestivos, sin ser patologías graves tienen problemas de hinchazón, de que algo no les sienta bien, de gases y quieren tratar de mejorarlo a través de la alimentación.
Me llama la atención que dices que cada vez hay más gente joven; ¿eso es porque la gente se conciencia de que hay que establecer hábitos alimenticios sanos o porque cada vez los problemas relacionados con la alimentación están presentes a edades más tempranas?
Yo creo que porque hay más concienciación, así como para otras cosas pueden ser negativas, para esto las redes sociales hacen una labor muy buena. La divulgación que hay a través de profesionales de la alimentación, de personas influyentes que cuidan sus hábitos se está notando en la gente más joven. Es algo que ahora está como de moda, bendita moda es verdad, siempre que no se convierta en una obsesión, porque también hay que tener cuidado con que no suceda esto; esa es un poco lo que yo percibo, que está de moda, se habla más de la importancia de cuidarse y la gente así lo entiende.
Hablamos de comer bien ¿Qué es para una nutricionista, comer bien?
No hablo estrictamente de comer a nivel nutricional saludablemente, es tener una relación sana con la comida. Esto engloba desde tener una alimentación en la que el porcentaje mayoritario sea de alimentos saludables como frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos, proteínas de calidad, y también reducir el consumo de productos procesados. En definitiva comer mucho de lo bueno y muy poco de lo malo pero cuando comamos de lo malo, si lo decidimos hacer que sea con consciencia, que no sea para comer mucho de lo malo y después sentirme culpable o comer mucho de lo bueno pero no disfrutarlo.
¿Es necesario tener una cierta preparación emocional para comenzar a implantar esos hábitos en nuestras vidas? Al final si nos los aceptas y crees en esos objetivos, no podrán tomar la forma de hábito por mucho que te cuenten sus beneficios ¿Tenemos que preparar nuestra mente para ello?
Sí, es muy importante que haya una buena predisposición al cambio porque no es: voy a la consulta y me dices lo que tengo que hacer. Debe ser un trabajo en equipo con el paciente, para que sus rutinas mejoren y las pueda mantener, que haya una consolidación de hábitos. La parte psicológica en todo esto es fundamental, yo de hecho dedico un ratito de mi consulta a hablar del vínculo que el paciente tiene con la comida, porque emocionalmente tenemos muchas relaciones de: hoy estoy triste: como, hoy he tenido un día estresante: como; Y puede ser que coma cosas sanas o me decida por cosas menos saludables rompiendo el patrón que quería seguir.
Entonces la parte emocional es muy importante; cuando salí de la carrera vi que se le daba muy poca importancia a este aspecto emocional y psicológico, pero yo fui guiando mi formación extra posterior hacia el coaching nutricional, la alimentación consciente y el Mindfull Eating y a mí me ha servido mucho tanto a nivel profesional como personal. Esto también deriva en la importancia de tener en tu equipo a un profesional de este aspecto porque está muy unida la parte emocional con la alimentación.
¿Crees que hoy en día se le da la importancia que merece a la educación nutricional? No digo tan solo en las escuelas, sino también en el entorno familiar y más cercano, ¿se le da la importancia que tiene?
Bueno, creo que queda mucho camino por recorrer, sí que creo que cada vez hay más nivel de conciencia, pero falta mucho. Yo me encuentro mucha gente adulta que habla de los cambios que quieren hacer pero consideran que es inofensivo dar galletas ¿Por qué ves normal tener en casa galletas para los niños pero tú te quieres cuidar y consideras que no te van bien? ¿Para ti son malas, pero para tu hijo no?
Y en este sentido falta también que si queremos promover la salud esto se cuide, no puede ser que haya anuncios de alimentos poco saludables con los muñecos favoritos de los niños, en horario infantil y con mensajes que buscan claramente atraer a los más pequeños.
Creo que hay mucho todavía por hacer, pero estamos en el camino
Vamos a la parte práctica, dinos ¿hay algún alimento que debemos desterrar de nuestra alimentación, los llamados alimentos prohibidos?
No me gusta nada el catalogar los alimentos o productos entre buenos o malos, estoy convencida que las prohibiciones se convierten en tentaciones. Y en esto volvemos al aspecto psicológico, si le dices a tu cerebro que algo no lo puede hacer, se traduce en unas ganas locas de hacerlo.
Entonces para mí lo más importante es que tienes que saber cual es el motivo por el cuál eso no debes comerlo con frecuencia y encontrar la alimentación que se adapte a tus gustos y preferencias, con lo que no tendrías esa sensación continua de renuncia constante a lo que te gusta. Entonces si a ti te gusta el dulce, vamos a buscar recetas dulces, bizcochos, galletas que sean saludables, si después de forma puntual quieres comer algo no saludable pues lo tomas. Prohibido como tal no me gustaría decirte nada, sí que podemos hablar de lo que no es recomendable.
¿Cómo influye la edad en el tipo de alimentación que debemos tener?
Yo creo que hay otros aspectos además de la edad que van a influir. Por ejemplo en la población infantil el entorno no ayuda, tú cuidas tu alimentación, pero vas a un cumpleaños o a cualquier celebración y no suele ayudar lo que se ve.
Los adolescentes, por ejemplo si quieren optar a algo saludable no encuentras en la calle una oferta de productos que ayuden, te puedes encontrar muchos establecimientos que ofrecen para una comprar rápida. Los adolescentes que van a este tipo de tiendas, no se le da protagonismo a una opción saludable. Esto sumado a que están en plena rebeldía y que a lo mejor no son muy conscientes de lo que hacen, les lleva a dejar de lado la alimentación saludable.
En población adulta como cada vez la salud importa más, hay cada vez más personas que buscan cuidarse y que tratan de estar en contacto con profesionales que le ofrecen ayuda.
En la población mayor va a depender como estén de salud, como estén emocionalmente para establecer unos hábitos adecuados
Leche de vaca, carne roja, harinas… son alimentos como en muchas ocasiones son demonizados y catalogados como malos para la salud ¿Qué hay de cierto en todo esto?
Bueno, a veces hay de cierto un poco de todo; tú te pones a buscar estudios y primero: tienes que saber de qué estudio estamos hablando, porque los hay de todo tipo y no todos están bien formulados. Se alude a un estudio como si fuera algo inapelable pero hay que tener en cuenta que en ocasiones hay parámetros necesarios que no se han tenido en cuenta a la hora de publicarlos y la gente no lo sabe. Igual que es de vital importancia saber quién ha encargado el estudio, son muchas cosas que hay que observar antes de dotar de credibilidad a todo lo que cae en nuestras manos bajo el título de «estudio»
Con lo cual si hablamos de alimentos en concreto, la nutrición es una ciencia relativamente nueva que está en constante evolución. Tema lácteos por ejemplo, en mi opinión es que no son ni necesarios para la vida, ni son perjudiciales para tu salud. Vamos a tratar de buscar alimentos que sean de la mejor calidad posible, que no tengan azúcares añadidos por ejemplo, que tengan origen en animales en los que se haya cuidado su bienestar.
Los cereales, vamos a tratar de hacer un consumo de cereales integrales, evitemos la harina blanca, los panes blancos porque claramente la calidad nutricional es mucho menor. Debemos tratar de encontrar la opción más saludable de cada alimento
Al final creo que también es conocerse a uno mismo, porque tú sabes lo que tu cuerpo tolera y lo que no
Exacto, las legumbres por ejemplo, son un alimento muy bueno pero que no sientan bien a todo el mundo; entonces vamos a escuchar a nuestro cuerpo cuando hable, eso es importantísimo.
Ya para finalizar qué hay de cierto en la expresión «Somos lo que comemos» ¿es una frase hecha o es una expresión que debe regir nuestra vida?
Yo creo que hay mucho que matizar en ella, según como lo quieras interpretar.
Si el mensaje que quieres dar es que según te alimentes, si cuidas tu cuerpo eso va a favorecer tu salud aunque nada te puede asegurar nada, bien. Ahora si me dices somos lo que comemos y puede entenderse que si no estoy comiendo lo que debo ya soy alguien que no se cuida es simplificar demasiado.
Lo que si es cierto es que en función de lo que comas te vas a sentir de una forma u otra, ya no solo a nivel físico, sino a nivel emocional.
Exacto, nuestro cerebro y nuestro intestino está conectados. Como comemos nos influye en cómo nos sentimos y como nos sentimos nos influye en lo que comemos. Es todo un engranaje que debemos cuidar, por eso te decía que es tan importante el trabajo conjunto tanto en el plano de la alimentación como en el emocional.
Muchas gracias a Adriana Fdez por atendernos y tratarnos con tanto cariño. La claridad y pasión que transmiten sus palabras, así como el contenido de su mensaje, explican el porqué es una de las nutricionistas más recomendadas en la ciudad de Ourense.