Ana Blanco cumplía ayer 100 años de vida. Lo hacía acompañada de todos sus compañeros y de los trabajadores y trabajadoras de la residencia San Martiño en donde vive desde febrero de 2020. A lo largo de la semana la apertura de las visitas, le permitió recibir el cariño escalonado de sus familiares que no dejaron pasar una fecha tan significativa para hacerle llegar el afecto que sienten por ella.
De personalidad alegre y bromistas, quienes conviven con ella señalan que a pesar de sus problemas de oído, siempre está dispuesta a entablar conversación. Una alegría que solo se perturba si alguien se acerca a sus cosas sin su consentimiento. A pesar de que, como ella misma reconoce, ha perdido mucha movilidad, no duda en echar unos bailes cuando la música suena.
Emocionada por la celebración organizada, quiso dar las gracias a todos los allí presentes: «me siento bien, y con vosotros estupendamente, porque sé que me queréis y queréis que esté bien»
