Eso de ir comer a casa de la suegra es un deporte de riesgo. Como no controles muy bien la situación puedes acabar perdiendo. Nuestro querido amigo Leiras lo sabe y no quiere asumir ese riesgo. Su esposa también sabe de sus intenciones y no duda en llevarlo arrastrado para que disfrute de la comida que le tiene preparada la suegra.