A pesar de que la lluvia amenazaba con deslucir el regreso de la cabalgata de los Reyes Magos a las calles de Ourense, finalmente el agua dio una tregua. Lo que no faltó, fue la lluvia de caramelos que los niños y no tan niños guardaban en sus bolsillos, mochilas, bolsas o incluso cubos, al paso de toda la Comitiva Real.
Una cabalgata que sorprendió a los presentes con la llegada de sus Majestades a lomos de tres dromedarios. La comitiva, abierta por miembros de la Policía Local, recorrió unas calles abarrotadas de familias ourensanas. Entre los participantes en el desfile, pudo verse al nuevo concejal de artes y festejos de la ciudad, Antonio Fernández Martín.