El cierre ocasional de la calle Progreso en Ourense para eventos ha generado opiniones divididas. Mientras algunos aplauden la animación urbana, otros expresan preocupaciones sobre el impacto en la movilidad. El debate se centra en si existen ubicaciones alternativas más adecuadas para las fiestas o celebraciones varias que minimicen las molestias para los residentes y visitantes.