Todo un clásico por desgracia en la estampa de muchas localidades gallegas, edificios inacabados que hacen del ladrillo su única cara. En esta ocasión a la entrada de Ribadavia encontramos este edificio donde el ladrillo muestra las consecuencias del abandono y de las inclemencias del tiempo. Las manchas de humedad cae por toda la fachada provocando una estampa si cabe más penosa.
Una lamentable estampa que en ocasiones obedece a las consecuencias de la crisis económica y otras a la combinación del incivismo de los ciudadanos y la mala gestión de nuestros políticos.