El puente peatonal de Outariz que enlaza las orillas del río Miño se encuentra en un estado que da pena. El puente, vital para quienes visitan las termas o simplemente salen a dar un paseo por las orillas del Miño, ha sido invadido por innumerables pintadas y grafitis que desfiguran su gran belleza.
Este puente ahora proyecta una imagen deteriorada, con barandillas y arcos plagados de deslucidas expresiones artísticas y borrones sin sentido.
La culpa recae en individuos carentes de respeto, quienes, mediante sus acciones irresponsables, degradan la experiencia visual, además del patrimonio de todos y ofenden a aquellos que buscan disfrutar de la belleza natural de la zona.