A orillas del Rio Miño a su paso por la ciudad no cabe duda que podemos disfrutar de unas vistas maravillosas, pero también podemos comprobar lo incivilizado y por qué no decirlo, lo guarro, que puede llegar a ser el género humano. En una finca situada en Vista Hermosa nos encontramos con esta lamentable estampa.
Qué alguien nos explique para qué se necesita tal cantidad de plástico en una finca; contaminación en estado puro que si nadie lo impide llegará al cauce del río más temprano que tarde.
Lamentable imagen que por desgracia se repite con demasiada frecuencia.
Carlos I.D.